El índice compuesto mundial de contenedores (World Container Index), elaborado por Drewry, muestra un nuevo repunte desde mediados de mayo, tras la estabilización observada en el primer trimestre del año.
Según Cámara Valencia, en tan solo dos meses, el precio de los contenedores de 40 pies se ha incrementado un 80% y, en un año, el aumento de precios ha sido del 350%.
Entre los factores que han vuelto a presionar al alza el precio de los fletes se encuentran: el bloqueo temporal del Canal de Suez a finales de marzo, al encallar el “Ever Given”; el cierre parcial del puerto de Yantian, uno de los más importantes de China, por un brote de Covid, en el mes de junio; y la intensificación de la recuperación económica a nivel internacional en el segundo trimestre de 2021, gracias al mayor control de la pandemia y el avance de la vacunación, sobre todo en los países desarrollados.
Según Drewry, las tarifas marítimas más caras corresponden a las rutas entre Asia y Europa, y en concreto, Shanghái – Génova y Shanghái – Róterdam (13.000 dólares y 12.773 dólares a 22 de julio), siendo además las que han registrado un mayor encarecimiento en los últimos 12 meses. “Es decir, para Europa es más caro importar mercancías del este que exportar al este”, apunta Cámara Valencia.
Las rutas más baratas son las que unen Norteamérica con Europa (Róterdam), aunque también se ha más que duplicado el precio del contenedor.
Las expectativas de Drewry apuntan que la senda al alza se mantendrá en el tercer trimestre del año, si bien a un ritmo más moderado.
El informe cameral destaca también como los fletes marítimos y la congestión de los puertos continúan tensionando las cadenas de suministro a nivel mundial.
Según el Índice de rendimiento de los puertos, elaborado por Drewry, los puertos con un mayor retroceso y más congestionados son los norteamericanos (-6%), especialmente Los Ángeles, Long Beach y Oakland (con tiempos de espera que pueden alcanzar en julio las tres semanas), y los de Sudeste Asiático y Oriente Medio (-5%). Los retrasos en estos puertos implican viajes cancelados, viajes en blanco, y nuevos retrasos en carga y descarga, que acaban repercutiendo a las empresas que exportan e importan.
Fuente: Diario del Puerto