Cada cierto tiempo, aparece en el horizonte una fecha, una situación, un fenómeno, llamado a abrir una nueva era. En algunos casos sí acaban por suponer una revolución frente a la situación anterior. En otros, simplemente forma parte de la propia evolución del entorno en el que se produce. El transporte marítimo ha vivido muchos de estos momentos, tanto de revolución como de evolución.
La apertura del Canal de Suez en 1854 y del Canal de Panamá en 1914 son dos de estos momentos revolucionarios. Ayer domingo 26 de junio se convertió en otra fecha para recordar. El “Cosco Shipping Panama” hizo su entrada por la mañana por el Atlántico y salió por la tarde por el Pacífico para convertirse en el primer buque en atravesar las nuevas esclusas de la ampliación del Canal de Panamá. Pero habrá que esperar varios años para juzgar si abrió una nueva era en la industria marítima o si tan solo fue un paso más en su evolución.
Reglas de juego cambiantes
En todo caso, y dado que antes de la ampliación las principales rutas a las que servía el Canal de Panamá eran tanto entre las costas Pacífico y Atlántico de América y la ruta Asia-Costa Este de Estados Unidos, no parece que esta situación vaya a cambiar sustancialmente ni que afecte de modo importante a Europa, especialmente en lo que a los flujos de las líneas de contenedores se refiere, más aún cuando las reglas de juego han cambiado sustancialmente desde que se diseñó la ampliación.
Las cadenas logísticas globales, las estrategias de los terminalistas y de las grandes líneas marítimas de contenedores, con sus políticas de alianzas y la tendencia al gigantismo de los buques, son tan solo algunos de los factores que tienden a relativizar el impacto de la ampliación del Canal de Panamá o al menos a necesitar un margen de tiempo para juzgarlo. Así, se trata de un hecho objetivo que la ampliación seguirá siendo insuficiente para facilitar el tránsito de los grandes buques portacontenedores de más de 14.000 TEUs, habida cuenta de la tendencia al gigantismo con unidades de hasta 20.000 TEUs actualmente en operación y que forzosamente deberán seguir atravesando el Canal de Suez.
Asia-Norteamérica
La mayor parte del tráfico que surca el Canal de Panamá se desplaza entre la costa atlántica de los Estados Unidos y el Extremo Oriente, mientras que el tráfico entre Europa y la costa oeste de los Estados Unidos y Canadá constituye la segunda ruta principal del comercio de la vía acuática.
Sin embargo, otras regiones y países, como los países vecinos de Centro y Sudamérica, dependen proporcionalmente mucho más de esta vital arteria de comunicación para promover su desarrollo económico e incrementar el comercio.
Casi 14.000 buques, en su mayor parte portacontenedores y graneleros, utilizan anualmente el Canal de Panamá, conectando entre sí más de 1.700 puertos en más de 160 países. Estados Unidos es su principal beneficiario, siendo origen o destino de más de dos terceras partes de las mercancías que transitan por el Canal, mientras que China ocupa el segundo lugar con una cuota del 22%. El Canal de Panamá absorbe más del 5% de las mercancías que se mueven en todo el mundo.
Actualmente, la mayoría de los flujos que transitan a través del Canal se centran en las rutas Extremo Oriente-Costa Este de América. Con la introducción de nueva capacidad a través del Canal, al admitir el paso de buques de hasta 14.000 TEUs, frente a los 5.000 TEUs actuales, las líneas navieras están preparando sus bases y acumulando sus cuotas de TEU para el programa de lealtad incluido en la nueva propuesta de peajes que iniciará a partir del 26 de junio, como asegura la propia Autoridad del Canal de Panamá (APC).
Así, la ampliación ofrece a las navieras un nuevo escenario para diseñar sus estrategias. Según un estudio de The Boston Consulting Group y el proveedor de expedición de cargas C.H. Robinson, al menos un 10% del tráfico de contenedores entre el Este asiático y Estados Unidos podría trasladarse de los puertos de la costa pacífica estadounidense a la costa atlántica en 2020 gracias a la ampliación.
Flujos interamericanos
La apertura de la ampliación del canal de Panamá no va a presentar elementos negativos para España aunque habrá que esperar a ver cuáles son, si es que los tiene, los positivos. En opinión del presidente de Puertos del Estado, José Llorca, la ampliación del Canal de Panamá supone “una nueva etapa” para los flujos interamericanos entre la cuenca del Pacífico y la del Atlántico. “Habrá una nueva puesta en valor de los puertos de la costa atlántica americana, fundamentalmente de Norteamérica, pero también de los puertos de Sudamérica en relación a los tráficos con Asia”, explica Llorca, quien opina que los puertos del Pacífico norteamericano perderán protagonismo frente a los atlánticos porque habrá buques que pasarán a escalar en el Este.
“Seguramente, esta situación reordenará todos los flujos ferroviarios e intermodales en Estados Unidos, así como la relación de fuerzas de los estibadores y del sector portuario estadounidense”, afirma Llorca.
Europa: efectos “limitados”
Por lo que afecta a Sudamérica, el presidente de Puertos del Estado opina que la ampliación del Canal de Panamá pondrá en valor la capacidad exportadora de los países de la cuenca del Pacífico hacia Europa y de la cuenca del Atlántico hacia Asia, “por lo que sus efectos serán fundamentalmente regionales”.
Así, en lo que más concierne a Europa, la posibilidad de facilitar la navegación a un mayor número de buques de mayor tamaño, permitirá a los países de la cuenca del Pacífico un acceso más fácil y rápido a los mercados europeos y también del oeste de África, “lo que va a beneficiar, sin lugar a dudas, a los puertos españoles”, sostiene Llorca en base a los flujos comerciales que generará la economía americana en el Pacífico.
Sin embargo, el presidente de Puertos del Estado muestra su escepticismo ante la posibilidad de que la ampliación del Canal de Panamá estimule un mayor flujo comercial desde Asia a Europa. En dicha ruta, los barcos “seguirán viniendo por Suez porque, cada vez más, los buques son de mayor tamaño y no pueden pasar por el nuevo Canal”, argumenta Llorca, quien por ello asegura que desde el punto de vista estrictamente técnico los efectos para Europa de la ampliación van a ser “limitados”.
EL DATO: 13.874
Alrededor de 14.000 buques, en su mayor parte portacontenedores y graneleros, utilizan anualmente el Canal de Panamá, conectando entre sí más de 1.700 puertos en
más de 160 países.