Nicaragua ha decidido revitalizar su proyecto para crear una alternativa al Canal de Panamá. Más de una década después de anunciar el fracasado primer proyecto para construir una alternativa al Canal de Panamá, el estado centroamericano vuelve a la carga con un nuevo proyecto aún más ambicioso si cabe.
La Asamblea Nacional Nicaragüense adoptó el pasado mes de mayo la decisión de anular la Ley por la que se otorgaba al empresario chino Wang Jing el contrato para acometer las obras de construcción del nuevo Canal Interoceánico de Nicaragua, de acuerdo con el proyecto diseñado en 2013. No obstante, el presidente Daniel Ortega anunció recientemente la recuperación del proyecto con un nuevo diseño.
El nuevo proyecto incluye una nueva vía navegable que roturaría de Este a Oeste Nicaragua con una longitud de 445 kilómetros para unir Puerto Corinto, en el océano Pacífico, con Puerto Bluefields, en el océano Atlántico y enclave en construcción. El nuevo diseño omite el tránsito de la vía por el Lago Nicaragua y solo contempla su paso por los lagos interiores de Xolotlán, próximo a la costa oeste, y el lago artificial El Escondido, próximo a la costa este. De igual forma el proyecto contempla sendas esclusas: una en la vertiente pacífica, Esclusa La Fuente, y la otra en la vertiente atlántica, Esclusa El Escondido. El proyecto establece, según los tramos, una anchura mínima del nuevo canal de 290 metros y una anchura máxima de hasta 540 metros, lo que da idea de la operatividad de este toda vez que la obra llevaría el calado hasta los 27 metros.
El objetivo es que la nueva vía arranque del Puerto de Bluefields, que es un puerto del Caribe en construcción y luego irá rompiendo, rompiendo y rompiendo hasta llegar a Puerto Corinto, tras recorrer 445 kilómetros distribuidos estructuralmente en cuatro segmentos. De este a oeste: Segmento Pacífico, de 70 kilómetros; Segmento del lago Xolotlán, de 35 kilómetros; Segmento Central, de 252 kilómetros; y Segmento Caribe, de 68 kilómetros.
De momento no se han facilitado ni plazos de ejecución ni inversión prevista de un proyecto que es de gran complejidad y en el que los expertos entienden que solo el concurso de un gran aliado como China podría sacarlo adelante, con la incertidumbre geoestratégica que ello podría conllevar.
Fuente: Diario del Puerto