La COVID, el colapso de Suez, la falta de materias primas, la subida de los precios energéticos, las congestiones en puertos chinos o norteamericanos, temporales, el paro en el transporte o la guerra de Ucrania han tenido un importante impacto en el sector logístico y el crecimiento de los fletes, especialmente a partir de la segunda mitad de 2020.

Por ello, las previsiones aportadas por el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), Aurelio Martínez, a finales de abril durante el seminario de presentación del informe anual del VCFI en el que diferentes expertos analizaron la evolución del tráfico marítimo y la coyuntura económica, fueron tan esperanzadoras. Martínez espera que en 2022 se vayan ajustando los precios de los fletes, tras la gran subida en los últimos tiempos, para que en 2023 se normalice la situación “aunque nunca van a ser como los valores de hace unos años”.  En el caso del Valencian Containerised Freight Index (VCFI), este ha pasado de 1.101 puntos en diciembre de 2019 a 4.428 en marzo de este año.

Martínez también explicó los factores de demanda y oferta de lo que dependen los fletes como el crecimiento del PIB, la evolución del comercio internacional, el proteccionismo, las estrategias empresariales, el precio de la energía, las medidas medioambientales, el balance de la oferta, la incorporación de nuevos barcos y el achatarramiento de barcos obsoletos, la capacidad ociosa/capacidad total, la reducción de costes o los blank sailings (cancelación de escalas).

Tras la pandemia, el índice de los fletes también ha estado caracterizado por las variables de congestión global, tiempos de espera, incrementos en los tiempos de escala, el aumento de los beneficios empresariales o la fijación de precios back-haul. En este sentido, “la congestión ha crecido en todos los puertos del mundo, especialmente en Norteamérica y parte de China, aunque también en el Mediterráneo y el puerto de Valencia. En nuestro caso, como ocurre en muchos puertos de España, los patios de las terminales están colapsados”, destacó el presidente del Puerto; por ello, propuso, hay que buscar nuevos espacios, mejorar la gestión interna de las terminales y reducir los tiempos de espera de los contenedores en los patios.

Sobre el colapso que estos días está teniendo el puerto de Shanghái, Martínez señaló que “todavía no está afectando al Puerto de València. Es pronto para verlo y depende si se puede solucionar en un tiempo razonable. La parada de estos barcos a la espera de poder cargar o descargar, influye en la flota que está paralizada”.

Por su parte, Theo Notteboo, profesor en economía portuaria y marítima de la Universidad de Amberes, indicó que las perspectivas de crecimiento del tráfico de contenedores “se ven más atenuadas para este año por la elevada inflación, los altos precios de la energía, la guerra de Ucrania o el bloqueo de los puertos chinos”.

Fuente: Diario del Puerto