Las empresas cargadoras no cerrarán 2022 como esperaban. A la complicada coyuntura internacional y los costes energéticos, se ha unido una casuística logística que no les ha beneficiado y así lo confirman las grandes asociaciones del sector.

Aunque reconocen que el cierre de año será positivo en cuanto a las grandes cifras, las asociaciones de cargadores más destacadas del país advierten de que lo acontecido durante el segundo semestre va a reducir los buenos datos a una mínima expresión.

Para la secretaria general de la Asociación de Cargadores de España (ACE), Nuria Lacaci, “necesitamos proveedores de transporte que tengan continuidad en el tiempo y recursos suficientes para afrontar los nuevos retos”, afirma Lacaci.

Por su parte, Jordi Espín, secretario general de Transprime Spanish Shippers’ Council, indica: “Pensar que el transporte por carretera sólo puede mejorar desde los actores que intervienen en él y directamente lo gestionan es una visión reduccionista”.

Además, la situación del transporte marítimo a nivel global durante los últimos meses tampoco ha ayudado a la competitividad. La constante modificación de servicios no ha permitido a las empresas planificar a medio y largo plazo, lo que les ha restado eficiencia y ha aumentado los costes, destacan los cargadores.

“La falta de fiabilidad del transporte marítimo, resultado de las continuas cancelaciones de escala y del incremento de los tiempos de tránsito, tiene un impacto muy relevante en nuestra actividad”, explica la secretaria general de ACE.

Por otro lado, si bien el nivel de los fletes está ahora mismo a la baja en comparación con los picos alcanzados en 2020 y 2021, lo cierto es que se mantienen por encima de los niveles prepandemia. Para Jordi Espín, la bajada de los fletes no refleja la realidad, ya que “si bien es cierto que la tensión pandémica de costes ya no es tan presente, los precios todavía están un 300% por encima de 2019 y no compensan la irregularidad del servicio. El servicio marítimo tiene que mejorar su fiabilidad sin excusarse más en los problemas de los demás, evitar los blank sailings, y eliminar los surcharges de manera definitiva del catálogo de precios”.

“No creo que lleguen a valores prepandemia porque volveríamos a una situación en la que el sector no sería sostenible económicamente y menos en un escenario en el que van a tener que amortizar las grandes inversiones realizadas en la adquisición de nuevos buques”, opina Nuria Lacaci.

Peticiones a los logísticos

Preguntados por cuáles son las principales reivindicaciones de las empresas cargadoras hacia sus socios logísticos, Lacaci lo tiene claro. “Deben mejorar la comunicación y la colaboración, y que sean más sensibles a las necesidades del resto de colectivos que participan en la cadena de suministro”.

Por su parte, Jordi Espín expone: “Las empresas cargadoras son la gran base de las comunidades portuarias en todo el mundo, pero en España, las asociaciones de cargadores “puras” (sin más intereses que no sea la gestión y el flujo de la carga) no están completamente representadas en los órganos de gestión de los puertos, por ello nuestra reclamación es muy básica: poner la carga en el centro de la ecuación, priorizarla, eliminar barreras y costes y aportar transparencia para que todos los agentes y actores de la comunidad portuaria conecten en un mismo wifi logístico que priorice el flujo de la mercancía”.

“Necesitamos vislumbrar una perspectiva de certidumbre económica para que, a partir de ese punto, todo se vaya poniendo en orden”, apostilla Ramón García, director general del CEL.

“Las administraciones se deberían implicar en buscar ese modelo de distribución logística conectada a nivel nacional, de tal manera que se trabajen más las conexiones entre las infraestructuras logísticas, no solo tecnológicamente, sino físicamente, para poder acompañar a ese modelo de país que queremos en el ámbito. Se debe abordar con visión de país, como algo completamente estratégico para España, para que atraiga más flujos de mercancías a nivel internacional, que puede ser una vía de desarrollo económico para España”, concluye García.

Fuente: Diario del Puerto