La cadena de suministro y su colaborador necesario el sector transitario están inmersos en un frenético proceso de transformación digital para poder afrontar el futuro con garantías. Esta fue una de las principales conclusiones de la II Conferencia Nacional de Transitarios, celebrada en Valencia y coorganizada por ATEIA Valencia y FETEIA-OLTRA. 

Como quedó de manifiesto en la presentación del evento, en el que intervinieron el presidente de FETEIA, Enric Ticó, el director de la APV, Francesc Sánchez y el presidente de ATEIA Valencia, Luis Rosa, de todas las cuestiones que ahora mismo preocupan al sector, la innovación es el concepto que requiere mayor atención.

Precisamente, el director de la Fundación Valenciaport, Antonio Torregrosa, desarrolló una ponencia sobre la gestión de riesgos y la resiliencia en el ámbito portuario. En esta línea explicó que “la resiliencia es la capacidad de mantener un nivel aceptable de servicio cuando se produzcan disrupciones. Hay que identificar dónde están los riesgos de la cadena, cuantificarlos y preparar acciones por si llegan a producirse”. Asimismo, Torregrosa concluyó que el concepto de resiliencia portuaria va mucho más allá del hecho de hacer frente a un evento disruptivo y trata también de catalizar “las oportunidades que dichas disrupciones presentan, adaptándose a los cambios aplicando nuevas estrategias, evolucionando, y por ende, volviéndose más competitivos y sostenibles”.

Marta Prado, doctora en Derecho y especialista en negocios internacionales, centró su intervención en los Incoterms y se refirió a la globalización y a sus consecuencias, destacando entre ellas la innovación, que se ha traducido en renovación y ampliación de la gama de servicios, y de los procesos productivos, cambios en la organización y en la gestión, así como en las cualificaciones de los profesionales.

Prado recordó que “la tecnología no es el fin, es el medio que nos permite ir hacia el control de los procesos” y destacó que “estamos en un nuevo escenario condicionado por un entorno de demanda variable y volátil, costes y niveles de servicio totalmente alocados, con condicionantes geoestratégicos que cambian el panorama de un día para otro y una digitalización que tiene una serie de consecuencias”.

En este nuevo escenario, señalaron los expertos, el comercio internacional va a evolucionar en determinados aspectos como que los protagonistas del comercio internacional (compradores y vendedores) deben tener dominado el proceso en todos los ámbitos (logístico, contractual, financiero) para ganar en agilidad y adelantarse a los riesgos de la nueva situación; y los demás actores deben ver el comercio internacional con esa nueva visión completa y compleja y no centrarse en un único rol. Por ello, debemos tener presente el ámbito legal en este nuevo escenario (MLETR) y hay que pasar de un reparto de roles entre cargador (contrato, financiero) y transitario (transporte) a una colaboración activa y estrecha.

Fuente: Diario del Puerto