Un acontecimiento aparentemente insignificante o aislado en las cadenas de suministro globales puede llegar a alterar toda una región o industria. Las crisis de 2022 pusieron de manifiesto precisamente esta nueva realidad que obliga a la necesidad de identificar los eventos potenciales con antelación para poder realizar una planificación mucho más ajustada y, sobre todo, acertada.

La quiebra de empresas -sobre todo pymes-, ciberdelincuencia, infracciones en materia de RSC, escalada de precios y paradas en los procesos de producción se configuran como los cinco grandes riesgos potenciales para las cadenas logísticas mundiales.

1.- La quiebra de pequeñas y medianas empresas suele pasar desapercibida y sus repercusiones tiene unos efectos tardíos, en un momento en que ya no se puede adquirir un determinado componente que estas pymes fabricaban, lo que repercute, a su vez, que una empresa más grande que dependía de este componente no pueda mantener su proceso productivo. El escaso crecimiento económico previsto para 2023 tendrá, muy posiblemente, un mayor impacto en las pequeñas y medianas empresas, y el cierre de muchas de ellas sin duda aumentará.

2.- Los ciberataques son cada vez más frecuentes en el mundo empresarial. Entre 2021 y 2022, los ataques a infraestructuras mundiales se duplicaron y la mayoría de los expertos prevén que los delitos financieros online vuelvan a aumentar debido a la recesión económica. Los ataques a proveedores secundarios pueden afectar igualmente a otras compañías.

3.- Las políticas y prácticas medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (RSC) están bajo escrutinio y hay muchas posibilidades de encontrar infracciones en alguno de sus proveedores, especialmente en los sectores de la electrónica y el comercio minorista. 

4.- La actual escena geopolítica ha provocado una escalada de precios que ha afectado principalmente a los fabricantes europeos por las subidas del precio del gas y la energía. En 2022, el aumento de los costes de producción y las iniciativas gubernamentales para reducir el consumo de energía afectaron a las empresas que consumen este recurso. Además, el sector industrial es el que más ha sufrido, representando el 70% de las interrupciones de producción relacionadas con la energía en Europa.

5.- Muchos fabricantes siguen luchando para hacer frente a las diferentes políticas frente a la COVID-19. En este sentido, se estima en un 90% la probabilidad de retrasos y cancelaciones de pedidos este año debido a interrupciones en la producción.

Fuente: Diario del Puerto